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Federación Central de Ajedrez

Sitio oficial de la FCA, de Costa Rica, afiliada a la Federación Internacional de Ajedrez y al Comité Olímpico Nacional.

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Comisión de Archivo, Historia y Estadísticas

Desde 1937, partidas de grandes y pequeños torneos de Costa Rica.

Siempre es interesante observar tablas de posiciones de torneos realizados hace ya varios años.  El que presentamos hoy se jugó ya hace más de una década.  En el marco de un festival de torneos, cuyo principal fue el Abierto José María Soto Pacheco in memoriam, también se organizaron simultáneamente el Clasificatorio de Segunda Categoría de Moravia y el José María Soto Infantil para menores de 10 años.

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Semblanza de la Carrera Ajedrecística de Meylin Villegas Loaiza

Por M.I. Alexis Murillo Tsijli

Comisionado de Archivo, Historia y Estadísticas FCA

Escrito el 11 de marzo, aquí con algunas ampliaciones y fotografías

 

Agradezco a la Federación Central de Ajedrez por encomendarme la labor de hacer una pequeña semblanza sobre la carrera ajedrecística de Meylin Villegas Loaiza.

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EL CAMPEÓN NACIONAL DE COSTA RICA MÁS JOVEN

Y OTROS RÉCORDS

Por M.I. Alexis Murillo Tsijli

Comisionado de Archivo, Historia y Estadísticas

Federación Central de Ajedrez de Costa Rica

12 de octubre del 2015

En el ajedrez, al igual que en los demás deportes competitivos, es posible llevar las estadísticas de los diferentes jugadores.  Esto lleva a que los aficionados y los profesionales busquen datos interesantes o curiosos, con lo que emerge la idea de establecer determinados récords o marcas máximas sobre ciertos rendimientos. En nuestro medio, quizá el récord que tiene mayor importancia es el que estableció Bernal González Acosta al alcanzar su corona como Campeón Nacional en el año 2013, que significó su título decimotercero.  Los trece títulos alcanzados en el más importante torneo del calendario nacional es una marca muy difícil de igualar por otros jugadores, (aunque se pensaba lo mismo de los ocho títulos de Ricardo Charpentier mientras tal marca estaba vigente), pero podría ser superada por el mismo Bernal, ya que sigue siendo un jugador activo.

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UN CASO DE ARBITRAJE DE 1970

En mis investigaciones sobre la historia del ajedrez costarricense, tengo varias docenas de casos particulares sobre diversas situaciones puntuales: acerca de esos casos no puedo llegar a conclusiones definitivas precisamente porque me encuentro a la espera de que aparezcan más documentos que permitan hacer una descripción completa de todas las circunstancias que las componen.  Muchas veces, se depende de la memoria de las personas que estuvieron cerca de los eventos, sea como jugadores, árbitros, dirigentes o testigos presenciales, porque ya es casi imposible que nuevos documentos aparezcan.

Entre los “asuntos por resolver” se encuentra de manera notable el Campeonato Nacional de 1971, sobre el cual guardo esperanza de poder escribir un próximo artículo.  Quienes tienen el libro “El Ajedrez en Costa Rica” habrán notado que ese magno evento está en la oscuridad y prácticamente se sabe únicamente que el Campeón fue Fernando Aguilar al imponerse en match final a Mario Salas Leal.

Pero hay otros temas de interés que no se refieren a la globalidad de un evento, sino a situaciones que se presentaron puntualmente en una partida de un torneo.  Esos casos pueden ser de interés, según sean las circunstancias, para árbitros, para dirigentes o para definir alguna estadística singular.

Un caso que descubrí recientemente se refiere a una partida que se jugó en la segunda ronda del Torneo de Primera División del año 1970.  Es un caso que tiene relación directa con la Comisión de Arbitraje (un caso para clases de arbitraje, por lo discutible que puede ser).  Sin embargo, también tiene cierta repercusión en otros aspectos de lo que  constituye la labor de reconstruir los hechos de todo un torneo.  Como se verá, el dato que faltaba sobre una decisión arbitral en esta partida a la que nos referiremos en este artículo tuvo repercusiones en los esfuerzos por reconstruir hasta donde fuera posible la tabla de posiciones de este torneo.   Pero vamos por partes.

Para empezar, haré un pequeño resumen sobre la manera en que se jugaban los campeonatos nacionales antes de la introducción del Escalafón Elo Nacional en 1974.  Sin un listado Elo, era difícil establecer las categorías (sean aficionado, tercera, segunda, primera, maestros o cualquier otra).  Por tanto, se recurría a establecer que los jugadores ascenderían o descenderían según el puesto ocupado en el torneo o los puntos totales que se lograban al finalizar.  Ejemplos de esto pueden ser:  “ascenderá a la segunda división quien logre cinco o más puntos en las nueve partidas del torneo de tercera división” o bien “ascenderán a la primera división los primeros ocho lugares del torneo de segunda división”.  Hoy, esos casos se reducen a alcanzar 1800 puntos de Elo, ó 2000, independientemente del lugar o los puntos obtenidos.  Ese es el origen de la idea de hacer primero los torneos de tercera categoría, luego los de segunda categoría y finalmente los de primera categoría.

En 1970 se organizó en el mes de abril el Campeonato Nacional de Primera División, el cual no debe confundirse con el Campeonato Nacional de Costa Rica, porque este último era la etapa en la que culminaba el proceso para proclamar a un campeón nacional.  Si lo comparamos con los procesos que se han utilizado en las últimas dos décadas, podríamos decir que el Campeonato Nacional de Primera División era el equivalente al Torneo Clasificatorio de Primera Categoría.  Aquí hago una aclaración:  la palabra “división” en ajedrez se utilizaba mayormente antes de 1974, mientras que después de 1974, y con mayor énfasis después de 1992 con la creación de la Federación Costarricense de Ajedrez Organizado, precursora de la actual Federación Central de Ajedrez de Costa Rica, se utiliza la palabra “categoría”, que es más precisa y que está en los sucesivos reglamentos de competición.

Volviendo al Campeonato Nacional de Primera División de 1970, este torneo servía para que clasificaran al Campeonato Nacional de Ajedrez los primeros ocho lugares.  A estos se sumarían los excampeones y exsubcampeones nacionales de años anteriores. Según diversas crónicas de diferentes periódicos de la época, luego de la segunda ronda, entre otros jugadores, se encontraba Antonio Aguilar en primer lugar con dos puntos.  Gracias a algunos jugadores, sobre todo a Kléver Ruiz Carranza, tenemos acceso a muchas de las planillas de ese torneo.  Lastimosamente, muchas de estas planillas no indican el torneo en que se jugaron, y otras ni siquiera la fecha.  O faltan ambos datos.  Así pues, es necesario agrupar las partidas para, al comparar con las crónicas publicadas en la época, determinar de qué torneo es cada una y a cual ronda corresponden.  Esa labor todavía está inconclusa, pero el dato de que Antonio Aguilar llevaba dos puntos luego de la segunda ronda me compelía a colocar una partida que yo asumía que era tablas en una ronda posterior.  Eso fue así, hasta que un recorte de periódico cambió todo.

La partida de Antonio Aguilar contra Enrique Kellerman, que yo transcribí a la base de datos y que supuse que era tablas por su posición final, tenía una historia de la que hasta ahora nadie me había hablado. Véase el recorte de la noticia publicada en el diario “LA REPUBLICA” el 15 de abril de 1970.  En la fotografía superior se observa al señor Fernando Aguilar (quien se proclamaría Campeón Nacional ese año) y en la fotografía inferior aparece Juan León Jiménez, a quien le faltaban unas tres semanas para cumplir los 17 años de edad.  En el contenido de la noticia publicada se explica lo siguiente:

En la partida del señor Antonio Aguilar y el Ing. Kellerman celebrada el pasado domingo hubieron de intervenir los jueces de la competencia ya que el Ing. Kellerman reclamaba tablas por ahogo de rey o jaque perpetuo.

Los jueces de la competencia dieron el punto al Sr. Aguilar puesto que E. Kellerman había volcado su rey y al hacer esto en ajedrez es señal de abandono de juego. Kellerman presentó su apelación y expuso su tesis pero el fallo siempre quedó a favor del señor Aguilar.

 b2ap3_thumbnail_La-Republica-15-de-abril-de-1970-dos-primeras-rondas-Primera-Division-caso-Kellerman-2.jpg

Así las cosas, ya sabemos que esa partida de Antonio Aguilar contra Enrique Kellerman, sin ninguna duda fue jugada en la segunda ronda y la ganó Antonio Aguilar, a pesar de lo que yo interpretara en tiempos pretéritos de las jugadas escritas en las planillas.  Esto quizá en el futuro me permita reconstruir de mejor manera la tabla cruzada de resultados.  Pero ese será, tengo toda la fe del mundo, tema de otro artículo en el futuro.  En este momento me interesa más analizar lo sucedido según los datos y según los reglamentos.  Por ser este un artículo dirigido al público en general, omitiré los articulados de los reglamentos.  De todas maneras, no creo que la redacción de entonces coincida con la redacción actual, punto por punto y letra por letra.  Sin embargo, el espíritu de las normas no habrá cambiado significativamente.

Cuando se presenta un conflicto en una partida el árbitro, sobre todo si no estaba presente, debe asegurarse de que en el tablero se refleje la posición final y que los jugadores no muevan las piezas de su sitio para hacer explicaciones. Además, las planillas deben pasar a control del árbitro, quien debe procurar que estén completas según las jugadas realizadas.  Podríamos poner a diversos árbitros a opinar cuál de las dos acciones debe ser la primera, pero en la práctica me parece que ambas se realizan de manera simultánea.  Por supuesto, este caso sucedió hace 45 años y unos meses, por lo que en nuestro ejercicio no podemos determinar cuál fue la posición final a priori.

Veamos las planillas, ya que es la principal prueba de que dispone el árbitro:

 b2ap3_thumbnail_Planilla-Aguilar-anverso.jpg

Anverso de la planilla de Antonio Aguilar

 b2ap3_thumbnail_Planilla-Aguilar-reverso.jpg

Reverso de la planilla de Antonio Aguilar, nótese que llega a la jugada 56.

 b2ap3_thumbnail_Planilla-Ruiz-contra-Aguilar-ver-firma-de-Aguilar.jpg

Esta planilla corresponde a la partida de Kléver Ruiz contra Antonio Aguilar. Sirve para determinar cuál planilla era la de Antonio Aguilar en la partida del conflicto.

 b2ap3_thumbnail_Planilla-Kellerman-anverso.jpg

Anverso de la planilla de Enrique Kellerman.

 b2ap3_thumbnail_Planilla-Kellerman-reverso.jpg

Reverso de la planilla de Enrique Kellerman. Nótese que tiene dos jugadas más de las negras y una jugada más de las blancas que la planilla de Antonio Aguilar.

 b2ap3_thumbnail_Planilla-Kellerman-contra-Salas-ver-letra-de-Kellerman.jpg

La planilla de la partida entre Enrique Kellerman y Marvin Salas permite probar cuál fue la planilla del primero contra Antonio Aguilar.

Según las planillas, tenemos dos posiciones finales posibles: una después de la jugada 56 de las blancas y otra después de la jugada 57 de las negras.  En ese sentido, me parece que el árbitro cometió un error, sea porque permitió que uno adulterara la planilla al escribir jugadas no realizadas, o en el caso contrario, que el otro jugador no completara las jugadas efectivamente realizadas.  Eso debió determinarlo el árbitro en su momento, con la posición final reflejada en el tablero y sin permitir que los jugadores la alteraran de ninguna manera durante sus explicaciones.  Según fuera la temperatura de la discusión, quizá se debió recurrir a un segundo tablero para verificar el desarrollo de la partida y para que los jugadores hicieran sus explicaciones sobre lo ocurrido.

Hasta donde hemos podido determinar las dos posibilidades de posición final según las planillas, la caída del rey de las negras (Kellerman) pudo ocurrir después de la jugada 56 de las blancas (planilla de Aguilar) o después de la jugada 57 de las negras (planilla de Kellerman).  Cuando me refiero a “la caída del rey de las negras” estoy haciendo un esfuerzo para describir de manera neutral lo que pudo suceder con ese rey:

  1. Enrique Kellerman lo habría volcado de manera voluntaria, como señal de rendición
  2. Enrique Kellerman lo habría golpeado de manera involuntaria, lo cual no es señal de rendición

Si el árbitro estaba presente observando el desarrollo de la partida, tendríamos que confiar en su criterio.  La única manera en la que podríamos considerar un error por parte del árbitro si es que observó lo sucedido, es en el caso de que ignorara que derribar accidentalmente el rey no es señal de rendición.

Si el árbitro no estaba observando la partida, entonces debemos reiterar que debía obligar a los jugadores a tener una única versión de la partida reflejada en las planillas (como ya dijimos, quitando jugadas no hechas o agregando las jugadas faltantes según la planilla respectiva).

En el plano de la especulación, podemos agregar que no es usual que un jugador agregue jugadas no realizadas a una planilla.  Lo normal es que a uno de los jugadores se le “olvide” anotar una  o dos jugadas.  Eso sucede por aturdimiento ante sucesos inesperados en el tablero o porque simplemente perdió el hilo de las jugadas conforme las anotaba.

¿Tendrá algo que decirnos el contenido de la partida transcripto en las planillas?  Ciertamente este es uno de los puntos fronterizos del arbitraje.  El árbitro, en buena teoría, no debe observar las jugadas realizadas en el tablero de manera cualitativa, sino únicamente desde el punto de vista puramente reglamentario (mate y ahogado terminan la partida de inmediato, material insuficiente para dar mate de ambos bandos termina la partida, los casos de jugadas ilegales, secuencias únicas, repetición de la misma posición tres veces, regla de las cincuenta jugadas, etc.). 

Sin embargo, quizá el ser un jugador competitivo me lleva a pensar que existen ciertas situaciones razonables en las que lo que sucede en el tablero puede explicar o descartar algunas situaciones.  Es caso fronterizo porque aquí la experiencia, la intuición, la lectura de lenguaje corporal de los jugadores, incluso una pregunta a ellos bien planteada, podrían dar luz en el caso particularísimo que le toca resolver a un árbitro.  Este es el tipo de situaciones que muchos ajedrecistas inventan para intentar llevar al absurdo las reglas y las leyes del ajedrez, o para poner en duda el buen criterio y la sana interpretación que pudiesen tener los árbitros.  El mayor problema para un árbitro no es cuando un caso fronterizo se discute en un curso de arbitraje, sino cuando se presenta en la práctica.Por dicha para nosotros este caso fronterizo se presentó hace 45 años y alimentará solo algunas discusiones “en clase”.  Para explicarme mejor, quiero que veamos en el tablero lo que sucedió en la partida jugada por jugada, hasta llegar a las posiciones que dan contenido a la disputa:

Aguilar Valverde,Antonio - Kellerman,Enrique [D52]

Primera División Casa Libanesa (2), 12.04.1970

[Alexis Murillo Tsijli]

[Event "Primera División"]
[Site "Casa Libanesa"]
[Date "1970.04.12"]
[Round "2"]
[White "Aguilar Valverde, Antonio"]
[Black "Kellerman, Enrique"]
[Result "1-0"]
[ECO "D52"]
[Annotator "Alexis Murillo Tsijli"]
[PlyCount "114"]
[EventDate "1970.04.11"]
[EventType "swiss"]
[EventRounds "8"]

1.d4 d5 2.c4 e6 3.Cc3 Cf6 4.Ag5 Cbd7 5.e3 c6 6.Cf3 Da5 7.Axf6 Cxf6 8.Ad3 dxc4 9.Axc4 Ab4 10.Tc1 Cd5 11.Dc2 Ad7 12.0-0 Tc8 13.Ce4 f5 14.Cg3 Ad6 15.Tfe1 c5 16.Axd5 Axg3 17.hxg3 exd5 18.dxc5 0-0 19.Db3 Ac6 20.Cd4 Tf6 21.a3 Dd8 22.Dd3 Dd7 23.b4 a6 24.Ted1 Td8 25.Td2 Ab5 26.Cxb5 Dxb5 27.Dxb5 axb5 28.Tcd1 Ta6 29.Txd5 Txd5 30.Txd5 Txa3 31.Td8+ Rf7 32.Td7+ Re6 33.Txb7 Ta1+ 34.Rh2 g5 35.Txb5 Tb1 36.Tb6+ Rd7 37.Tb7+ Rc6 38.Txh7 Txb4 39.Tf7 f4 40.gxf4 gxf4 41.Txf4 Tb2 42.Tf5 Tc2 43.g4 Rd7 44.Rg3 Re6 45.Rh4 Tc1 46.f3 Th1+ 47.Rg5 Tc1 48.c6 Re7 49.Tf6 Tc5+ 50.Rg6 Re8 51.e4 Re7 52.f4 Re8 53.e5 Re7 54.Rg7 Re8 55.Tf8+ Re7 56.c7 Hasta aquí está escrita la planilla de Antonio Aguilar. Las siguientes jugadas aparecen en la planilla de Enrique Kellerman.

56...Tc6 57.c8D

b2ap3_thumbnail_GameAguilarKellerman_33.jpg


57...Tg6+!!

 

 

Tenemos entonces que la partida según la planilla de Antonio Aguilar termina cuando pone su peón en c7 en la jugada 56.  En ese caso, si las negras capturan el peón las blancas cambian las torres por medio del jaque en f7.  Es razonable pensar que en una posición objetivamente perdida, las negras habrían abandonado, lo cual concordaría con haber “volcado el rey” en señal de rendición.

PGN

Pero según la planilla de Enrique Kellerman todavía siguió hasta sacrificar la torre en g6, con jaque.  En el lenguaje común, a los jaques sucesivos en g6 y h6 se les denomina jaque perpetuo, pero debemos recordar que en el reglamento y para un árbitro, el jaque perpetuo no existe.  Lo único que existe es la repetición de la misma posición tres veces y para poder reclamar las tablas con esta regla tendría que tocarle a las negras en el momento en el que les tocara para realizar el jaque en g6, con el rey en g7, por tercera vez.  En ese momento se llamaría al árbitro, se anota la jugada en la planilla y se le indica al árbitro que esa es la jugada que se realizará y con la cual se presentaría por tercera vez la misma posición y tocándole el turno al mismo jugador.  Por tanto no se puede alegar que había repetición de la misma posición tres veces (la traducción técnica de repetición de la misma posición tres veces) desde el punto de vista puramente reglamentario, simplemente porque las jugadas no se verificaron en el tablero ni se reflejan en la planilla.  Pero es razonable considerar la posibilidad de que se llegó a dar el jaque en g6 durante la partida, y que en el momento de trasladar la torre desde c6 a g6 se golpeó accidentalmente al rey negro provocando su caída.  Eso no podría ser interpretado como una rendición, porque es claro que no hay voluntad del jugador de dar por perdida la partida, menos cuando en el tablero se nota claramente que su intención es la de sacar tablas por medio de una combinación que a todas luces ha sido bien calculada.  Con la caída del rey se interrumpe la partida y no se da oportunidad de continuar a las negras para verificar si en realidad iba a seguir con el jaque en h6 y por tanto es completamente razonable el reclamo y la apelación del conductor de las piezas negras.

Ya que Juan León Jiménez estaba participando en el mismo torneo (en el primer recorte está la foto, ¡así que no se escapa!), decidí consultarle vía correo electrónico si recordaba algo de este caso.  Lamentablemente su respuesta fue vaga y no aportó ningún elemento nuevo, aunque sí confirma que Kellerman insistía en que la caída del rey fue accidental:

La respuesta textual de Juan León Jiménez fue la siguiente:

Tengo un recuerdo no completamente transparente de ese incidente y según parece las cosas fueron como eso. Era claro que si él había volcado el rey la partida reglamentariamente había concluido, pero me parece que el argumentaba que el volconazo había sido accidentadamente. Digo me parece porque a él como que lo siguieron bromeando con ese incidente.

¿Cuál es entonces la conclusión?  No se puede determinar con exactitud lo sucedido, pero me inclino a pensar que la partida debió terminar tablas porque me parece que lo más probable es que sea cierto lo que alegaba el señor Enrique Kellerman, en el sentido de que volcó el rey accidentalmente.  Creo que lo más probable es que se trató de un error del árbitro de aplicar la regla sobre la señal de rendición para terminar la partida de una manera rígida y literal, sin tomar en cuenta las circunstancias y la verdadera intención del jugador.

En el mes de enero de 1970 Enrique Kellerman fue electo vicepresidente de la Asociación Costarricense de Ajedrez, que se convertiría luego en Federación, pero solo tenemos información de su participación en torneos desde 1963 hasta 1970.

En su respuesta, Juan León Jiménez continúa:

Generalmente hablando lo que puedo decir de Kellerman es que pertenecía a la rama que jugaba ajedrez de la comunidad judía de  Costa Rica (junto con Levi Kanes, Walter Pisk, Samuel Weinstock, Samuel Wansover) Kellerman era muy jovial, muy conversador. Llego a primeras pero al poco tiempo después se retiró incluso del Blitz al cual también era muy aficionado. Después supe que se había hecho millonario con una nueva tecnología, en su momento, de tubos o algo así. Una vez la Federación lo busco para una donación y el respondió positivamente.

Quiero pensar que don Enrique Kellerman se alejó del ajedrez simplemente para dedicarse a sus prósperos negocios.  No quiero considerar la posibilidad de que lo sucedido en esta partida fuera el motivo para que se alejara de nuestro escaqueado mundo.  Tendríamos que admitir que también en eso puede influir la buena o mala decisión de un árbitro.

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Con motivo del inicio del torneo por equipos Copa Federación, he querido compartir con los lectores un hallazgo reciente sobre el Campeonato Nacional por Equipos de 1968.  En el libro “El Ajedrez en Costa Rica”, los autores nos vimos obligados a colocar el único dato que teníamos disponible:  primer lugar Universidad de Costa Rica.  Gracias a una noticia publicada en el periódico La Nación en el mes de noviembre de 1968 hemos podido establecer que participaron ocho equipos, la nómina del equipo campeón y el total de puntos que obtuvo este equipo.  Por supuesto, la investigación continúa y quizá en el futuro podamos ofrecer datos más abundantes de este torneo realizado ya hace 47 años.

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